sábado, 4 de octubre de 2014

La sociedad y los estereotipos que se tienen del adulto mayor

La sociedad ha ido formando diversos estereotipos de cómo es el adulto mayor, cuáles son sus características, cual debe ser su comportamiento y qué es lo que se espera de ellos, definitivamente todo ello ha repercutido negativamente en los adultos mayores, afectando su autoestima, sus relaciones interpersonales (familiares, amigos, vecinos).

Durante mucho tiempo se han  ido formando distintas creencias y prejuicios de lo que significa envejecer, todo ello de manera negativa, causándole a la persona mayor dificultades para integrarse y sentirse parte de la sociedad  con una participación activa.

Se han formado estereotipos y mitos que van relacionados con la edad y la salud del las personas mayores, como por ejemplo, el término “viejísimo”, es un término despectivo utilizado por la sociedad para hacer referencia de las personas mayores, faltándoles el respeto totalmente, otro mito es el del envejecimiento cronológico, se sabe que la edad cronológica solo tiene un sentido legal y social, ya que la edad biológica es la determinante para todos los cambios que se dan en el proceso de envejecimiento, también existe el mito de que al llegar la vejez se pierde totalmente la autonomía, este dato es totalmente erróneo, muchos adultos mayores pueden realizar sus actividades por sí solos y valerse por sí mismos, el mito de “ una vejez necesariamente desgraciada”, hace referencia que la vejez está íntimamente relacionada con los dolores, enfermedades, abandono, cuando no es así, muchas personas envejecen de manera activa y llevan un estilo de vida saludables que les permite prevenir malestares y diversas enfermedades.

Así mismo, se han formado estereotipos relacionados al carácter y la personalidad del adulto mayor, como por ejemplo, el mito de “ la serenidad”, este hace referencia que al llegar la vejez se vive idílicamente en un paraíso terrenal, eso de cierta parte hace referencia que el adulto mayor al llegar a cierta edad se vuelve más vulnerable a la adquisición de enfermedades, por ello es indispensable que no lleve una vida desenfrenada, que mantenga un control en su vida, otro mito que existe es que los adultos mayores es que viven una segunda infancia ya que demuestran un comportamiento infantil, muchas veces se da esto ya que es una forma de llamar la atención para que sean atendidos y comprendidos por su entorno familiar, por último, el mito del “ mal genio”, se dice que al llegar la vejez el estado de ánimo cambia negativamente, produciendo en el adulto mayor fastidio, mal humor.


La sociedad debe tomar conciencia que todos esos mitos, estereotipos que se han van formando a través del tiempo lo único que están haciendo es repercutir negativamente en el adulto mayor, haciendo todo ello que no puedan sentirse parte de la sociedad, que no tenga un buen concepto de sí mismos  y que muchas veces vivan con miedos y mucha dificultad para desenvolverse. 

Fuente: http://www.hartuemanak.org/Modules/Content/News/4/envejecimiento%20activo.pdf

viernes, 3 de octubre de 2014

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo porque afecta al sistema nervioso, produciéndose unos mecanismos de daño y posterior degeneración de las neuronas ubicadas en la sustancia negra, éstas se encargan de la producción de la Dopamina, la cual se encarga de que el cuerpo realice los movimientos correctamente, por ello, cuando el cerebro no dispone la cantidad apropiada de Dopamina, éste no puede controlar los movimientos del cuerpo, manifestándose síntomas motores típicos de la enfermedad. Otras sustancias como la seretonina, noradrenalina y aceticolina son también afectadas, produciéndose otros síntomas no motores de la enfermedad.

El inicio del Parkinson es aproximadamente a los 60 años de edad, afecta más a los hombres que a las mujeres, es una enfermedad crónica y progresiva, eso quiere decir, que los síntomas en el transcurso de la enfermedad se vuelven más tediosos y se complican con el tiempo. La EP se manifiesta en cada persona de manera diferente, por ello los tratamientos usados son individualizados. Se debe tener en cuenta que un óptimo tratamiento pueden mitigar los síntomas de la enfermedad, de este modo, los pacientes pueden seguir realizando sus actividades de la vida cotidiana y una buena calidad de vida durante muchos años después del diagnóstico.

La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la presencia de síntomas motores y síntomas no motores. Los síntomas que mayormente se manifiestan son, los temblores en reposo, es decir, aparece cuando no se realiza alguna tarea, la brandicinesia, se refiere a la lentitud para realizar un movimiento y la rigidez, que constituye un aumento del tono muscular, es decir, los músculos se ponen tensos y no se pueden relajar bien, todo ello dificultará en actividades como caminar, girarse en la cama, sentarse en una silla, dolores y calambres en el cuerpo y disminución de la expresividad facial e inestabilidad postural.


Entre los síntomas no motores, tenemos el trastorno del sueño, lentitud en el pensamiento y la memoria, trastornos neuropsiquiatricos, que repercuten el estado de ánimo, así como también cambios a nivel fisiológico como el estreñimiento, la sudoración, disfunción sexual, síntomas urinarios, pérdida del olfato, fatiga, dolores y alteración en el habla y la deglución.

Fuente: http://www.fedesparkinson.org/upload/aaff_guia_parkinson.pdf

El envejecimiento y la memoria

Según, Jacques Barbizel (1969): La memoria es un marco cambiante: se construye rápidamente en los primeros años de vida, luego se desarrolla más lentamente, cambia continuamente y, finalmente, se debilita bajo el impacto de los diversos ataques los que está sujeto el cerebro.

No todos los aspectos de la memoria declinan con la edad, ni el tener algunos lapsus de memoria es necesariamente indicativo de un trastorno, sin embargo, los cambios con respecto a la edad repercuten en la memoria, por ejemplo, es el más difícil prestar atención a más de una cosa a la vez, aprender algo nuevo ya requiere mucho más esfuerzo, cuesta mucho más recordar los nombres de las personas, direcciones, lugares, números e incluso el nombre de los objetos y se hace más lenta la recuperación de información de cosas antiguas, es decir, evocar recuerdos se vuelve algo complicado y dificultoso.

Tenemos que tener en cuenta que otros aspectos se mantienen intactos a pesar del proceso de envejecimiento, por ejemplo, siguen desarrollándose nuevas neuronas y estableciéndose conexiones entre ellas, por ello, es posible aumentar y enriquecer el conocimiento sobre las cosas, aprender cosas nuevas y ampliar el vocabulario, definitivamente todo ello se irá logrando con determinado detenimiento y calma, ya que la persona mayor tardará un tiempo para el aprendizaje, sin embargo, lo podrá lograr. Cabe resaltar que la edad no repercute en la capacidad de la memoria de largo plazo.

Se tiene la creencia que el proceso de envejecimiento el declive de la memoria es inevitable, irreversible y que constituye una parte incontrolable del proceso de envejecimiento, o incluso la consideran una señal de alarma de demencia, llevándolo a vivir una situación de estrés y preocupación.


Actualmente, ya existen diversos programas, ejercicios mentales que ayudan a estimular a la memoria, con el fin de prevenir alguna demencia o simplemente la incomodidad de la persona mayor.

Fuente: http://obrasocial.lacaixa.es/deployedfiles/obrasocial/Estaticos/pdf/Gente_30/Vive_el_envejecimiento.pdf