jueves, 13 de noviembre de 2014

La dependencia en los adultos mayores

Como parte normal del proceso de envejecimiento, se van a tener distintos cambios con los cuales se van a disminuir la productividad de muchas actividades que se realizaba durante la juventud, todo ello por la pérdida de fuerza, por problemas cardiovasculares, en los hueso, músculos, etc. Por todo ello, los miembros de la familia empiezan a hacerse cargo tanto física, económica y emocionalmente de los adultos mayores.

El equilibrio de la autonomía e independencia va cambiando conforme se acerca  la vejez, ya que durante esta etapa las personas mayores necesitan establecer un equilibrio entre la seguridad que proporciona su entorno que les apoya y la autonomía que puede fomentar un entorno estimulante.

Durante la vejez pueden aparecer muchas enfermedades o ciertas dificultades para realizar las actividades diarias, por ello, el adulto mayor requerirá una atención especial, entonces es ahí, donde la familia interviene y proporciona ayuda económica, física y emocional. Sin embargo, muchas veces ese apoyo brindado suele ser mal interpretado por el adulto mayor, sintiéndose inútil, poco productivo y como una carga para todos los miembros del familia, es por ello, que se debe estimular a la persona mayor para que pueda realizar actividades que estén a su alcance, hacerles participar de las decisiones de la familia y sobre todo brindarle mucha atención y amor.

 El  apoyo que le brinde la familia no debe perjudicar la autoconfianza, la autonomía personal y la autoestima del individuo, ya que los ancianos temen de esas dependencias y luchan contra ellas, pudiéndoles afectar con una fuerte depresión, tensión y preocupación.

Mientras el adulto mayor pueda realizar sus actividades por sí solo, los familiares o su entorno próximo deben apoyar, ya que de esa manera ellos se sentirán productivos, activos y les va permitir sentirse bien consigo mismo, por ello, la autoestima y la autoeficacia no se verán afectadas.



Fuente: Schaie, K., Willis, S. (2003). Psicología de la edad adulta y la vejez.  Madrid: Pearson Prentice Hall. 609 pps.

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